sábado, 23 de mayo de 2009

UNA DE MIS TEORÍAS ...

He visto un faraón comiendo chocolate....

Y un solete cubierto de bolsas de basura, un niño de la mano de su madre al que le habían puesto los calzoncillos por fuera...

Cuando era pequeña mi madre me leía "historia del vestir". Nunca pensé que lo vería en directo... Era historia, hace siglos que eso había ocurrido, pero hace unos días se hizo realidad...

Los egipcios tenían tejidos muy ricos, se distinguían incluso por los complementos que llevaban; eran, por decirlo de algún modo, muy estrictos en el vestir. Cada tejido y complemento tenía su lugar y su ocasión. Las mujeres de la alta sociedad iban con el pelo muy cortito, y para tapar su “casi bolita de billar” mandaban hacer pelucas con las melenas que les cortaban a sus esclavas. Una de las tareas de las jóvenes cautivas que servían a familias ricas era cuidar su pelo con esmero, ya que cuando lo tuvieran suficientemente largo, se lo "regalarían" a su ama (y de aquella no existían todos los productos que hay ahora, ni siquiera los que ya no existen, como los champús para pelos sucios) . Las pelucas se hacían a medida. Como por aquella época y aquellos lugares se sudaba mucho, por debajo de las pelucas se colocaban estratégicamente un pomo de grasa perfumado, el cual se iba deshaciendo lentamente liberando un suave aroma y haciendo un mejunje tal que sujetara la peluca.

Sentada en la cafetería me sobrevino de repente un profundo aroma floral, pero muy profundo. Giré la cabeza y vi a un pequeño faraón, más o menos de la edad de Tutan-Kamon, con la boca llena de chocolate vigilado atentamente por su madre... perfectamente enfundada en un traje de dos piezas de Chanel (inconfundible) bustier blanco impoluto, media fina y zapatos de tacón con la altura justa para no destrozarse la espalda mientras atiende durante todo el día a su pequeño rey y que no le falte de nada en ese día tan especial, y para completar el su look una preciosa peluca de corte medio y ondulada en un tono chocolate perfecto para su piel ligeramente bronceada…

Siempre he dicho que la moda es cíclica, y, por si tenía alguna duda, con esto me ha quedado confirmado.

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