domingo, 17 de agosto de 2008

LA VERBENA DE LA PALOMA

Hoy me he ido de fiesta y de ruta turística (Bueno, ha empezado ayer, y como podéis ver por la hora, ha terminado hoy) después de una súper cena casera la mar de castiza!
Me han animado dos amigos a salir y conocer las fiestas de Madrid, y nunca me hubiera esperado lo que he visto y vivido esta noche. Como definir las fiestas de Madrid… Pues… Son como las fiestas del pueblo pero en tamaño familiar, jajajajajaja
Todos los bares tienen las barras montadas fuera, los balcones adornados con todo lujo de detalles, virgen incluida, gente de todos los estilos, tamaños y colores (terminamos entre unos gays que se sabían todas las canciones de los ochenta, vigilados atentamente por una chica de Górdoba, y un tío canoso que llevaba una camiseta color crema de manga larga de la que salían unos hilillos del mismo tono que le hacían parecer un cactus albino).
Después de pillar un mini de mojito (al que yo estuve empeñada durante toda la noche en llamarlo caipirinha) nos aventuramos por los madriles buscando la calle Calatraba. Resulta que normalmente no es muy famosa, pero estos días es la bomba. Había un montón de gente, y desde lo lejos podías divisar un súper balón por encima de las cabezas de la gente. Decidimos a meternos en todo el mogollón y nos asentamos en un trocito de calle muy animada delante de un bar donde nos tomamos el segundo mini (para los no familiarizados con la jerga madrileña, un mini es igual a un litro) de mojito, y estuvimos bailando. De vez en cuando tiraban caramelos desde la barra y algunos regalillos, y claro, pescamos alguno, en concreto una camiseta y tres carteras de distintos tamaños, formas y colores. También hay que decir que el súper balón de espuma verde nos llegó alguna que otra vez para ser lanzado.
Bueno, resumiendo un poquito esto es lo que me ha pasado en mi primera verbena de la paloma, y para culminar la noche disfrutamos de una esplendida vista del eclipse.
Muchos besos a Javi y Carol, mis guías favoritos, por enseñarme Madrid y hacerme disfrutar de unas fiestas tas chulas, con chulapa incluida cantando una zarzuela.